Con los aires frescos del principio del otoño, se hace mucho más apetecible el siguiente guiso, aunque siempre se suele cocinar una vez entrado el invierno, estamos hablando del plato más conocido que encontramos en el pueblo, la olla churra. Es por ello, que se le dedica una jornada, donde todo vecino y visitante salen a la calle y convierte la elaboración de este guiso en un día de festividad.
De buena mañana lo que hacemos es ponernos un calzado cómodo, cogemos la cesta de la recolecta y nos dirigimos hacia nuestra huerta ecológica, la tenemos ubicada a unos 150 metros de nuestra cocina, en la partida de la Hoya, que a día de hoy es tierra de regadío. Lo que hacemos es seleccionar todos los productos que vamos a utilizar para la exquisita receta que vamos a preparar hoy. Y una vez hemos cogido las acelgas más tiernas, las patatas, las alubias, el tomate y la penca (es un vegetal silvestre, conocido como cardo). Regresamos a casa con una estupenda enramada de vegetales, sanos y sobre todo muy frescos. Nada más llegar lo que hacemos es cambiarnos y dirigirnos a la cocina, nos ponemos el delantal, nos lavamos las manos, vaciamos toda la cesta y lavamos lo que hemos traído, y a continuación empezamos a cocinar.